He de reformar mi casa, ¿a quién llamo?

Hay tres partidas económicas que se llevan la palma en cualquier unidad familiar, la vivienda, el coche y la reforma.

Cuando toca reformar la vivienda todo son dudas, preguntas que surgen y que generan
incertidumbre:

  • ¿A quién contrato?
  •  ¿Me engañarán?
  • ¿Quedará bien o me harán una chapuza?
  • ¿Lo pondrán todo “perdido” de suciedad?
  • ¿Voy a tener problemas con los vecinos?
  • Y el tema legal ¿cómo funciona?, ¿he pedir algún permiso?
  • ¿Cuánto van a tardar?

Es lógico que muchos/as, ante esta incertidumbre, se lo piensen muy bien. En este artículo
queremos explicarte algunas variables importantes que has de tener en cuenta antes de
contratar a alguien que “ha de entrar en tu casa”.

Lo primero que has de saber es que no es lo mismo contratar los servicios de un reformista de
interiores que un interiorista.

Si lo que quieres es redistribuir completamente los espacios y la luz para obtener el máximo
partido, puedes llamar a un/a interiorista, que podrá hacer todo esto, y seguramente, también
planificar la obra, supervisarla y coordinarla en base a las exigencias que hayas podido
negociar. Has de saber que estos estudios, rara vez disponen de cuadrillas propias de
trabajadores especializados y suelen subcontratar los servicios de los que confían. También
puedes contratar tú mismo/a la ejecución de la obra de forma independiente. En cualquier
caso, se trabajará en base a un proyecto previo, con planos, medidas y todo estará establecido
antes de empezar los trabajos.

Si lo que quieres es reformar o renovar instalaciones sin diseños externos, entonces has de
hablar directamente con un reformista de interiores, que trabajará directamente siguiendo tus
directrices de diseño, gustos y repartición de espacios. En este caso, el reformista tendrá la
responsabilidad de una buena ejecución del trabajo, y serás sólo tú quien elegirá colores,
texturas y materiales.

Existen empresas de reformas con una base experiencial muy amplia y muchos años en el
mercado, que aportan, además de la ejecución con personal propio, diseñadores/as de
plantilla que repartirán de la mejor manera los espacios, esta opción suele ser la más ajustada
en calidad/precio y de las que ofrecen más garantía.

Llegados a este punto, una vez ya hemos decidido cómo lo vamos a hacer, me gustaría
compartir contigo algunas variables clave para convertir la reforma de tu casa en una
experiencia agradable, ahí va nuestro decálogo del éxito en cualquier reforma:

1. Una reforma es un proyecto importante, no quieras hacerlo “de memoria”, apunta qué
es lo que quieres, cómo quieres vivir, cuáles son tus prioridades (comodidad, diseño…),
qué expectativas tienes una vez haya acabado todo.

2. Aunque no seas diseñador/a, coge papel y lápiz y dibuja, haz un esbozo de cómo
quieres que quede tu hogar, dónde han de ir cada una de las partes importantes
(cocina, baño, diseño de salón…). No es necesario que trabajes a escala o con ángulos
perfectos, lo importante es plasmar en un dibujo, qué es lo que tienes en tu cabeza.
Probablemente te abrirá la mente y podrás visualizar mejor el resultado final.

3. Como todo proyecto, requerirá de un presupuesto, ten claro cuánto estás dispuesto/a
invertir en la reforma, delimita con toda claridad el máximo disponible, de este
máximo, discrimina un 10% para “posibles descuadres”, ya que casi siempre hay
alguna pequeña sorpresa. Esto te ayudará mucho cuando empieces a ver
presupuestos.

4. Antes de pedir un presupuesto, investiga un poco, mira bien “quién vas a meter en tu
casa”, un buen inicio es dirigirte a empresas que estén agremiadas al “Gremi de
Reformes d’Interiors de Catalunya” (cuinescat.es), sólo el hecho de estar agremiada, la
empresa ya manifiesta su legalidad, ya que para poder pertenecer a esta agrupación,
ha de presentar alta en IAE, seguro obligatorio de RC y plan de riesgos laborales. No
confíes en el primero que aparezca y te ofrezca el precio más barato.

Pide referencias, testimonios de clientes satisfechos, obras ya realizadas que te
puedan servir de ayuda a la hora de elegir.

Atiende a las opiniones de los clientes en RRSS, muchas veces tenemos la información
delante de nuestros ojos, pero no la vemos porque, sencillamente, no lo consultamos.

5. Ahora sí, toca comparar presupuestos. Este es uno de los pasos más importantes ya
que no solo se trata de que compares el precio, deberás leer con atención cada
descripción de las partidas, muchas veces estas descripciones no son exactas o fieles a
la realidad, y luego, ya puestos “en faena” vienen las sorpresas. Aunque a priori te
parezca poco importante, fíjate en el diseño del presupuesto, cómo te lo muestran y
explican, si sigues la teoría de “dime cómo haces una cosa y te diré cómo lo haces
todo”, entonces el presupuesto ya es una muestra de cómo trabajan.

6. Las palabras se las lleva el viento, por mucho que se haya “generado confianza” en las
visitas y entrega de presupuestos, una vez hayas tomado la decisión, exige un contrato
en el que quede bien clara la naturaleza del compromiso, la calidad que se espera y el
tipo de materiales que se van a instalar, en este contrato ha de constar que tienen en
vigencia su seguro de RC (Responsabilidad Civil) y la garantía que otorgan a la obra.

7. No te fíes de lo que te puedan decir con respecto a los requisitos legales, en concreto a
los permisos, recuerda que el/la responsable en caso de incidencia serás tú.
Comprueba qué tipo de permisos necesitas en tu municipio, en muchas casos son
gratuitos y en general no son muy caros, vale la pena trabajar dentro de la ley, de esta
manera, cualquier tipo de incidencia, denuncia o reclamación estará respaldado por el
permiso legal pertinente..

8. No pienses que eso de la obra no va contigo, en realidad va y mucho. Te recomiendo
que estés pendiente del desarrollo de la obra, si algo no lo entiendes, pregúntalo, no
te cortes… Si resulta que algo que se está haciendo no acaba de gustarte, dilo en el
momento, no esperes a que la obra avance, díselo al
responsable de la obra rápidamente, es mejor pagar un poco más por algo que te
guste de verdad, además, ya tienes un 10% reservado para este tipo de cosas.

9. La ley de Murphy dice que “si algo malo puede pasar, pasará”, no seamos pesimistas
pero entendamos que una obra es caldo de cultivo perfecto para que “pasen cosas”,
ten paciencia, puede que se retrase el plazo de entrega o que tengas que cambiar
algunas cosas sobre la marcha, los que hacen la reforma pueden intuir, pero no
pueden saber lo que “hay debajo”, ante cualquier incidencia, no te pongas nervioso/a,
analiza tranquilamente la situación y pondera lo que eso puede cambiar el resultado
final.

10. Una vez haya terminado la cruzada, tendrás la percepción de que “todo ha pasado
rápido”, podrás disfrutar de tu nuevo hogar y decorarlo a tu gusto, felicidades!
En Don Bany i Cuina te ofrecemos todo INTERIORISMO, PLANIFICACIÓN Y REALIZACIÓN DE
OBRA, y más que has de descubrir, te esperamos!!!

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